La palabra de hoy 2 de abril de 2010


Pero ahora, sin la mediación de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, de la que dan testimonio la ley y los profetas.
Esta justicia de Dios llega, mediante la fe en Jesucristo, a todos los que creen. De hecho, no hay distinción,
pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios,
pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.

Romanos 3:21-24

A todos se nos ha enseñado que debemos trabajar duro para alcanzar las metas y hacernos merecedores de los reconocimientos y la compensación monetaria asociada al cumplimiento de los planes y al esfuerzo dedicado. Desde pequeños se nos enseñó a ser competitivos y a destacarnos en todo lo que hacíamos. Cuando hacíamos las cosas bien éramos premiados y cuando las cosas no resultaban como lo esperábamos, bueno, ya sabemos. También a muchos de nosotros se nos enseñó que la única manera de alcanzar el cielo era mediante el cumplimiento de la ley de Dios. Esto es cierto en parte. Dios nos ha dado su ley pero no como una lista de chequeo que debemos cumplir para tener acceso a la privilegiada recompensa de la vida enterna en la presencia de Dios simplemente porque no hay nadie que pueda completar con chulos, palomitas, tildes o checkmarks la lista inalcanzable.

Ahora, como nos dice el apóstol Pablo en la carta a los Romanos, la justicia —el cumplimiento total de la lista— se puede lograr sin acudir a la mencionada lista mediante la fe en Jesucristo. por medio de la redención que Cristo Jesús efectuó. Quita pues tu mirada de la lista imposible de completar y pon tus ojos en Jesucristo el Salvador. Él es el único que puede darte acceso al cielo y a la presencia de Dios mediante su sangre derramada en el Monte Calvario. Puedes confiar plenamente en él. ¡Sólo a Dios sea la gloria!

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